El Fuerte de San Cristóbal, una historia viva

Abstract

El monte Ezkaba ha contemplado la vida de los primigenios pamploneses desde su asentamiento en la capital navarra. Su posición elevada le ha conferido desde entonces un carácter defensivo imprescindible. La evolución de las técnicas militares provocó que su principal función a lo largo del tiempo quedara inservible. Además, la “ausencia” de guerras en las que España estuvo involucrada también contribuyó al desfase en la utilidad de esta plaza defensiva. Me llaman la atención los primeros momentos del documental de Iñaki Alforja: emplaza su cámara en el mirador del Caballo Blanco y pregunta a transeúntes pamploneses si han oído hablar del Fuerte de San Cristóbal o en su defecto del Monte Ezkaba. A pesar de tenerlo justo a sus espaldas desconocen su existencia. Las generaciones coetáneas a su construcción son conscientes de su emplazamiento, sin embargo dos generaciones posteriores no lo sitúan ni en el tiempo ni en el espacio. ¿Por qué se ignora el Fuerte donde se produjo la mayor evasión de presos de la historia contemporánea de España? Quizás se deba a que las generaciones que padecieron los sufrimientos de la guerra no quisieron transmitirlos a sus hijos ni a sus nietos en un afán de superar la situación vivida. Con la perspectiva que da el tiempo se han recuperado estos recuerdos con el objetivo de honrar la memoria y reflexionar sobre los hechos para que no se vuelvan a repetir.